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sábado, 10 de agosto de 2013

Pintando un cuadro. Los comienzos de una nueva obra 5ª Parte

Hola amigos y amigas, como ya he comentado en mi anterior entrada estoy de descanso y estoy aprovechando para darle un empujón a la nueva obra que tenía medio abandonada debido al trabajo y a la falta de tiempo. Pero ahora que estoy algo más relajado y ya estoy acostumbrándome a estar sin hacer nada, bueno sin hacer " nada " entre comillas. Porque siempre hay algo que hacer a parte de pintar el cuadro está claro, siempre hay una cita al médico atrasada un mandado que nunca lo hacemos porque no tenemos tiempo, en fin cosas que todos más o menos sabéis a que me refiero.
Y volviendo a al cuadro lo dejé la última ves que publiqué el post de esta manera


Lo dejé de esta forma y comentando que la llaga de la lanzada y la llaga del clavo de la mano estaban puesta a modo de orientación para no poner ni una costilla de más ni una sombra de menos.
Bueno pues una vez calculada la perspectiva de la inclinación del cuerpo hacia delante, fijándose uno en los salientes óseo del cuerpo y la distancia que hay entre la mano y la llaga del costado, he ido colocando los chorros de sangre de la herida, había que colocar dos choros de sangre que pasaran justo por detrás de los dos dedos de la mano, parece que no pero ese detalle de pasar dos chorros de sangre por detrás de la mano te ayudan mucho para calcular la distancia, la longitud y la anchura de la cascada, por decirlo de alguna manera, de la hemorragia de sangre del costado. Y e aquí los resultados



También le he colocado los chorros de sangre que le atraviesan la cara y le recorren por el cuello hasta el toras. Y seguimos ahora con las piernas, las piernas me ha llevado mucho tiempo. Yo creía que me iba ser muy fácil y que era sólo pintar rellenar y ya está, pero que va; me ha llevado casi dos días el dar con la perspectiva ideal para que José de Arimatea no me saliera mal pardo y se me saliera del encuadre, ya que como dije en otro post anterior para que José de Arimatea lo pudiera encajar en el cuadro tenía que moverle el brazo y al moverle el brazo he tenido que alargar las piernas al Cristo de Santa Marta de tal forma que no desproporcione con el cuerpo y que al colocar a José no me quedara descolocado y como si fuera un parche ahí puesto y nada más a modo de adorno sin tener nada que ver con la historia y con el diálogo que José Y Nicodemo parecen tener sólo con la mirada.


En esta foto se ve cómo el brazo de José de Arimatea lo tiene hacia dentro o sea pegado a su cuerpo y no abierto a modo de jarra, porque como le ponga el brazo de la forma que es no me entra en el lienzo, sólo cogería el brazo y parte del hombro quedándose fuera la cabeza del personaje. Es por lo que me ha llevado mucho tiempo las piernas incluso he tenido que pasar, de momento del brazo de José de Arimatea para poder concentrarme en las piernas y darle el efecto que quiero sin que se note lo más mínimo como se puede ver en esta fotografía.



Como se puede observar en esta fotografía ya he empezado a manchar la cabeza de José de Arimatea . Si observáis y os imagináis el brazo de José de Arimatea en jarra podréis comprobar por intuición que se saldría del marco, al tener que desplazar todo el cuerpo de la imagen hacia la derecha pues se perdería y sólo se vería el hombro.




Este es mi humilde pero acogedor espacio donde pinto. Hoy hace una calor orrorosa, menos mal que está puesto el aire acondicionado en el salón y serrando todas las puertas me entra a mi cuarto que junto con el ventilador, por lo menos me mueve el aire ; por que vamos, vaya día de calor que ha sido hoy  9 de agosto.



Y este es mi maletín y mi paleta. Si observáis con atención podréis comprobar que en la paleta se encuentra todos los colores y tonos del cuadro, todos . Es por eso que cuando se secan los colores o empiezo una nueva obra, me da mucho coraje, el tener que sacar todos los colores y ir mesclando hasta conseguir los tonos de la obra y hacerme con una madre que ya me sirve de orientación a la ora de retocar cualquier parte del cuadro. Si observáis ya le estoy pintando las barbas a José de Arimatea.



Como se puede apreciar en esta fotografía, ya estoy pintando la cabeza de José de Arimatea y he logrado dejar plasmada, marcada o apuntado , para después perfeccionar más, la mirada, la expresión de ese diálogo mudo que sólo con la mirada José de Arimatea tiene con Nicodemo, como si estuviera esperando ordenes.



Poco a poco voy manchando la cabellera del José de Arimatea para ir viendo el efecto y si están bien las proporciones de la cabeza con relación al resto de las imágenes que componen el cuadro.



Bueno ya creo que está bien por hoy, hoy ha sido un día completito des las nueves de la mañana que empecé a pintar hasta la cena que lo dejé y después me he puesto a escribir el post, me han dado las una y veinticinco minutos de la noche.



Ya es hora de descansar. Espero que os hay gustado esta nueva entrega del progreso de esta nueva obra que quiero haber si me da tiempo terminarla durante mis vacaciones, haré todo lo posible por terminarla.
Un saludos a todos y a todas y espero que paséis unas fenomenales vacaciones, el que pueda, porque lamentablemente la cosa no está muy bien que digamos porque hay muchos que llevan ya de vacaciones mucho tiempo y eso tampoco es bueno para el espíritu de una persona.
Un saludo y espero que nos os hayáis aburrido con esta nueva entrada.
Cuídense mucho todos-todas
Manuel de los Reyes

lunes, 5 de agosto de 2013

Los comienzos de una nueva obra 4ª parte

Hola a todos-das mis queridos amigos y amigas cofrades y no cofrades.
Desde mayo hace que no me he vuelto a liar con el cuadro, ha pasado mucho tiempo, lo sé pero no se me ha olvidado la obra; pues la tengo al lado de mi cama y constantemente la estoy viendo.



Es precisamente en este rincón de mi cuarto donde duerme el cuadro. Yo, -como ya he dicho, tengo la cama justo en frente; por lo que lo tengo muy presente a diario todos los día.
Volviendo a la obra este era el aspecto en el que lo dejé la última vez que estuve pintando y este fin de semana de agosto, como tengo vacaciones forzosas , y al ver la obra abandonada en el rincón de mi cuarto, me he dicho: ¿ que tal Maolillo si le echamos valor y aunque sea sin ganas hacemos algo y pintamos un ratito ?. Y así ha sido. No tenía ni la más mínima ganas de pintar; pero en el momento que he empezado ya no he podido parar. Y con eso os contaré y os iré señalando o describiendo como otras veces, si os parece bien, el desarrollo de la obra.
Desde la última vezs que dejé la obra me ha costado mucho el volverle a coger el tono a los pinceles, ya que la pintura del se ha secado y las mezclas y los colores que ya tengo combinados en la paleta también, -y claro-, ¿ que es lo que ocurre ?, pues que la madre por decirlo de alguna forma de la liga y mezcla de colores de la tonalidad que le estoy dando al Cristo no me sirven y tengo que volver a empezar de nuevo. o sea volver a sacar los tubos de los colores más o menos los colores primos y volver a ir echando en la paleta a modo como si tuviera un muestrario de colores para poder ir componiendo e ir sacando los distintos tonos que requiera en su caso. Y como ya me parece que he comentado en otra ocasión eso lo que más coraje me da de la pintura.
Y ahora que ya tengo lista la paleta he ido pintando el cuerpo del Señor de la Caridad de Santa Marta, como podréis comprobar en la siguiente fotografía.



Cuando el óleo se seca los colores aclaran o sea se ponen más claros a medida que se va secando el aceite de la pintura, lo que después al volver a retomar la obra hay que tenerlo en cuenta. Así que cuando volvemos a componer los colores y volver a pintar, si la tonalidad de los mismos es un poco más oscura, es quizás hasta mejor porque como he dicho luego al secarse se va aclarando los colores lo que hace que se iguale con la parte ya pintada anteriormente, en este caso la cabeza que es por donde empecé la obra.


En esta toma casi se puede apreciar la diferente tonalidad del cuerpo junto con la cabeza, ese tono como amoratado del cuerpo es debido la simulación del aspecto que podría tener un cadáver, es lo que más trabajo me ha dado, como ya dije, el empezar de nuevo la obra y volver a coger el tono de la encarnadura me ha resultado más difícil.



Como se puede observar me voy yendo poco a poco hacia abajo y voy encajando la anatomía y señalando las marcas óseas de tal forma que me van orientando con las proporciones del resto del cuerpo. Aquí ya estoy señalando la posición de la mano para ir viendo el efecto que me va tomado el conjunto.


Aquí ya estoy rellenado la mano y de vez en cuando me paso de un lugar a otro dando un toque aquí, dando un toque allí, porque en realidad es muy complicado el pintar el cuerpo desnudo de este cristo, por lo menos a mí, me está resultando más difícil de lo que yo creía debido a la dureza de la escultura. Todo sabemos el estilo que tenía Ortega Brus , -Ortega Brus es el autor de las esculturas que se representa en este cuadro-,al realizar sus obras, ese aspecto rudo y fuerte de las imágenes que lo caracterizan y le da esa personalidad.



Como iba diciendo el cuerpo del cristo tiene muchos tonos diferentes, en unos sitios ocre, en otros sitios violáceo, amoratado, en otros sitios son rojizos en fin una cantidad de tonalidades que te hacen muy complicado el alcanzar ese realismo y el natural de la escultura.
Eso te hace estar concentrado durante mucho tiempo observando los tonos de una parte de aquí y de otra parte de allá y al final termina con un dolor de cabeza y , parece mentira, pero te agota mucho; esa concentración constante en tu cerebro imaginando y buscando cual es el color y que tipo de intensidad debe tener en esa parte o en la otra parte de la anatomía de ese inmenso cuerpo, pues se te hace muy grande al tener que fijar la vista en todas las partes de la obra y de lo que uno quiere representar.


Si observáis aquí en esta foto hay parte del sudario que he pintado debajo de la axila, ojo pero de un modo brusco para que me sirva a modo orientativo así poder distraerme un poco del cuerpo y refrescar mi vista y mi mente cambiando de motivo, porque siempre, siempre el estar concentrado en una misma parte de la obra cansa y hay que irse a otra parte del cuadro y hacer algo diferente de lo que llevas horas intentado plasmar, para relajar la tensión y así después cuando vuelves al, en este caso al cuerpo del cristo, lo ves todo algo más claro.


Como creo que se puede apreciar en esta última fotografía. Ojo las heridas de la lanzada del costado y del clavo de la mano está marcada efecto para que me sirvan de orientación, no están terminadas ni mucho menos; pues parece una tontería pero al marcar la posición , en este caso la de herida del costado, me sirve para contar las costillas y hacerle el sombreado de tal forma que no ponga una costilla más ni una sombra de menos.
Y así lo llevo ahora mismo mientras he estado escribiendo este post , a las misma par, he estado sacando el maletín de la pintura y preparando la paleta junto con el aceite para rebajar el óleo y el disolvente para enjuagar los pinceles. Ya lo todo tengo preparado para seguir con el cuadro y a medida que voy pintando voy haciéndoles las fotografías para luego hacer el reportaje para ustedes. Mis queridos amigos y amigas.
Os dejo pues ahora que estoy de descanso lo quiero aprovechar en adelantar lo máximo el cuadro haber si lo termino antes de que se aproximen las fiestas de las navidades.
Espero que os haya gustado esta entrada. Esta creo que me he empleado menos en explicaros el desarrollo de la obra, pero como ya os he dicho el pintar el cuerpo de esta imagen absorbe toda la atención posible para sacarle toda esa cantidad de tonalidades diferente que hacen después que la imagen pintada parezca que sobresale del cuadro. Y otra cosa que el cuerpo o sea las imágenes del cuadro están pintadas a tamaño real, lo que hace que el cuerpo sea inmensamente grande para abarcarlo con un solo vistazo.
Un saludo y espero que no os haya aburrido con mi en este caso relato a modo de diario más bien que una explicación de la realización de la obra. pero hay tiempo, si señor hay tiempo
Gracias

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